Diablo el videojuego

Diablo el videojuego PC

Descripción y ficha técnica 

Distribuidora : Blizzard Entertainment 
Genero: : RPG
Plataforma/S.O : Ms-dos
Año: : 1996
Tamaño : 788 MG 
Controles  : Ratón/Teclado
Idioma : Español
Emulador para jugar : Probado en Win 8, 10
Descargar  : Descargar Diablo 1996 videojuego PC




Diablo fue uno de los videojuegos más esperados para finales de 1996. Uno de los títulos de los que más se hablo  en el mundillo del videojuego de aquella época, habida cuenta de la fama de sus creadores y de las producciones que lo precedieron, como «Warcraf». Evidentemente, hablamos de Blizzard. Evidentemente, hablamos del videojuego Diablo. Y, evidentemente, estamos ante uno de los grandes títulos de la década de los  90. 

Fue videojuego RPG o videojuego de rol JDR que nunca es igual cada vez que se juega. Esa ha sido la máxima de la que ha llegado precedido «Diablo», y que sus creadores se encargaron de resaltar en cada aparición pública –ferias y de más– de las versiones inacabadas del programa. Esa podría ser una definición, más o menos válida pero, ciertamente, definir a «Diablo» totalmente no es una tarea sencilla, al menos con pocas palabras. Pero quizá la historia sobre la que se basa la acción nos pueda ayudar a hacer más comprensible la complejidad de este entuerto.

EL REINO DEL TERROR




El reino de Khandaras se encuentra sumido en el caos más absoluto. Una fuerza diabólica, de origen desconocido, se ha extendido por todo el mundo, aterrorizando a la población y destruyendo la populosa sociedad de Khandaras en una guerra civil. Un rey demente, su desaparecido hijo, un misterioso arzobispo... todos ellos no son más que piezas del complicado puzzle que se abre ante nosotros. Y hasta el corazón mismo de la tormenta que asola el reino hemos llegado a parar, al pueblo de Tristram, hoy habitado por un puñado de supervivientes. La catedral del pueblo, levantada sobre las ruinas de un antiguo monasterio, parece encerrar el gran secreto de esa fuerza demoníaca. Otrora orgullosa, de la construcción sólo se alza en la actualidad el tenue resplandor

de unas pobres luminarias… y extraños lamentos y sonidos, capaces de helar la sangre en las venas al aventurero más arrojado. A través de sus muros y pasadizos se encuentra la respuesta al mal que asola Khandaras, pero ¿seremos capaces de afrontar un reto de tales proporciones? Y aquí entramos nosotros, adoptando uno de los tres papeles que ofrece el juego (Arpía, Hechicero o Guerrero), con la tarea final de, por supuesto, erradicar el mal de Khandaras, averiguar qué ha sucedido con el hijo del rey, y exterminar, de una vez para siempre a Diablo, el personaje que da nombre al juego. Diablo es un demonio menor del que únicamente se sabe un detalle, es también conocido como el Señor de las Tinieblas, o el Señor del Terror, dos sobrenombres que no auguran nada bueno, con seguridad.




UN LARGO CAMINO

Quince fases nos separan de Diablo, un demonio menor responsable del mal que aqueja Khandaras…  ¿o no es sólo él? La verdad es que el arzobispo Lazarus también tiene mucho que ver en todo esto, pero eso es algo que se descubrirá en toda su extensión en el momento oportuno. Hasta entonces, los complejos laberintos subterráneos que componen el mapeado de «Diablo» y que se distribuyen en las quince fases mencionadas, nos dejarán descubrir cuatro grandes mundos terroríficos: el laberinto (Dungeons), las catacumbas (Catacombs), las cavernas (Caves) y el mismísimo infierno (Hell). Fascinantes en su gótica belleza, y terribles en los mil y un peligros que encierran.

CUESTIÓN DE EXPERIENCIA Todo en «Diablo»

Es cuestión de experiencia. En primer lugar, la de sus autores, al demostrar una vez más su talento. En segundo, todo lo referente al desarrollo de la acción. Sin embargo, deberíamos aclarar que, desde nuestro punto de vista, considerar «Diablo» como un juego de rol es algo erróneo… por lo menos, según lo que entendamos cómo “rol“. Este 

aspecto, en el juego, se limita al hecho de tener que distribuir con habilidad ciertos puntos en cuatro habilidades específicas fuerza, destreza, magia y vitalidad, cada vez que adquiramos un nivel más de experiencia. Eso, y administrar unos cuantos hechizos, y hasta aquí llega todo. ¿Eso no es típico del rol? Sí, pero también muchas cosas más, que en «Diablo» brillan por su ausencia. ¿Implica esto, acaso, una menor calidad del juego? Nadie ha dicho eso, ni por asomo. «Diablo» es un juego magnífico, excelente, en el que hay que prestar atención a muchos detalles, pero en el que el componente acción, incluso del de aventura, están muy por encima del rol.

VIDEOJUEGO Diablo, FASE TRAS FASE




Nuestra tarea es avanzar, fase tras fase, hasta llegar a la número dieciséis, en la que se encuentra el enemigo a batir, Diablo, atravesando mil y una penalidades que los intrincados laberintos y miles de enemigos que pululan por el exagerado mapeado del juego, se encargará de hacernos pasar. Y aquí debemos mencionar una de las claves de «Diablo». Efectivamente, y como en Blizzard afirman, es un juego que nunca es igual en dos partidas distintas.

Esto se explica gracias a la generación aleatoria del mapeado, y colocación de trampas y enemigos, realiza el programa, cada vez que se comienza una nueva partida. Así, aunque los objetivos primordiales no varíen, sí lo hace el desarrollo. Aunque, pese a todo, es inevitable encontrar ciertas semejanzas, no es menos cierto que esto es todo un aliciente para no dejar el programa apartado, una vez que se ha llegado al final. Bien, otra curiosidad de «Diablo» es que no posee un nivel de dificultad variable… al menos a simple vista. Aparentemente «Diablo» siempre es igual de complejo, aunque la realidad está en que la dificultad se determina por el carácter con que decidamos emprender la aventura. Cada personaje tiene unas habilidades particulares, que habrá que potenciar de manera adecuada.

No sería normal intentar conseguir el mayor nivel de fuerza posible en un hechicero, dejando de lado el nivel de magia, que es su fuerte. Y de la capacidad de escoger armas, hechizos, y protección, de manera adecuada a cada situación, dependerá nuestra suerte en todo momento.

EN NUESTRA OPINIÓN

 En el apartado técnico, «Diablo» resulta más que notable. Su diseño isométrico no es sino la excusa para mostrar la habilidad de los diseñadores gráficos de Blizzard, al igual que el talento de sus programadores. Y, por cierto, en aprovechar la arquitectura de los laberintos como sistema defensivo estriba gran parte del éxito final en el juego.

Siguiendo con el tema de la programación, el hecho de tener que ajustar todo de manera que cada partida sea distinta a la anterior, pero esto no se vea afectado por un simple “bug” en todo el programa, es algo que no ocurría en todo los videojuegos de la época. Los efectos de luz, los movimientos, la inteligencia relativa, pero suficiente, de los enemigos, la diversión de las partidas multiusuario… 

Todo elevó a este sensacional videojuego «Diablo» a la categoría de excelente. Estamos ante un producto que parece perfecto… ¿o no? La realidad es que «Diablo» fué un título  sorprendente y que recomendamos incluir dentro de nuestra lista de mejores videojuegos antiguos  PC de los 90!!!!